Ester Ibarra
Ester es una vecina del pueblo de 68 años. Ella y su familia constituida por sus padres y sus 11 hermanos vivían en la estancia Centella donde su padre trabajaba de carnicero. allí fueron a la escuela primaria, iban caminado porque les quedaba cerca salvo una de las hermanas que sufría de asma entonces iba en un petiso, fueron 36 años en los que su padre se desempeño en ese trabajo hasta que se jubiló, luego de eso, ella junto a tres hermanos y sus padres vinieron a vivir a Colonia Elía. Mientras Vivian en la estancia venían a la colonia a comprar comida y vender huevos y quesos que hacían ellos, con la plata que juntaban su madre la repartía entre los que habían ayudado. Al pueblo venían casi todas las semanas a comprar, en ese entonces había varios almacenes como el de “Chilo Bianchi” y el de Carlos y Tito Perdiguero “Asique hace ya 60 años que somos clientes de Perdiguero porque hasta el día de hoy voy a comprar ahí” cuenta Ester con alegría. Cuando eran jóvenes las dejaban salir 2 veces al año a los bailes que se hacían en el pueblo pero siempre acompañados de los hermanos mayores.
Cuenta que en Colonia Elía vivían de la jubilación de su padre. Su hermano Victorio se había jubilado a muy temprana edad por problemas de salud. Otra historia que recuerda es que en cada esquina había una canilla y debían ir con sus baldes, “algunas señoras se peleaban por el agua”. Otra de las anécdotas cuenta que su padre junto con dos de sus hermanos Victorio y Benjamín y otras personas del pueblo fueron a caballo a recibir la virgen que hasta el día de hoy está en la capilla.
Cuando sus padres fallecieron, para vivir, Ester trabajó limpiando una casa. Hoy en día Ester vive en la misma casa que hace 32 años junto a su hermano Victorio de 74 años.
Fátima Vela
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“Una historia que no se debe olvidar”
Claudio “Pocho” Lepratti fue un militante social que nació en 27 de febrero de 1966 en Concepción del Uruguay pero había decidido vivir en el barrio Ludueña de Rosario para trabajar con los más humildes. Su familia vive en Colonia Los ceibos que queda a pocos kilómetros de Colonia Elía.
Cursó la escuela primaria en la Escuela Nº 30 "Alejandro Aguado" y la escuela secundaria en el Colegio "Santa Teresita" de Concepción del Uruguay, perteneciente a la orden Salesiana.
Ideó junto a los adolescentes y jóvenes del barrio, los periódicos LA NOTA y LA NOTITA, los cuales eran realizados por los propios chicos mediante la participación en talleres de comunicación popular.
Cursó la escuela primaria en la Escuela Nº 30 "Alejandro Aguado" y la escuela secundaria en el Colegio "Santa Teresita" de Concepción del Uruguay, perteneciente a la orden Salesiana.
Entre 1983 y 1985 estudió Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Litoral como alumno libre. Durante estos mismos años Claudio se desempeñó como cooperador salesiano.
En 1986 ingresa como seminarista en el Instituto Salesiano "Ceferino Namuncurá" de la localidad de Funes (Santa Fe) y elige la carrera religiosa de "hermano coadjutor". Cinco años más tarde abandona el seminario y se queda definitivamente en la ciudad de Rosario.
Pocho entre otras tantas actividades, participó y promovió la formación de grupos de niños y jóvenes de las barriadas de Rosario, realizó campamentos y talleres de formación, grupo de huertas orgánicos y cría de pollos, proyectos de prevención del VIH/SIDA, participó en un centenar de encuentros nacionales e internacionales como los Seminarios de Formación Tecnológica, los cuales se realizan habitualmente cada año.Ideó junto a los adolescentes y jóvenes del barrio, los periódicos LA NOTA y LA NOTITA, los cuales eran realizados por los propios chicos mediante la participación en talleres de comunicación popular.
Pero parece que no a todos les parecían buenas las acciones de Pocho, fue así que el 19 de diciembre de 2001, en medio de la crisis que nuestro país vivía, se encontraba en una escuela dándole de comer a un grupo de chicos, al ver que un grupo de oficiales disparaba al aire decidió subir al techo de la escuelita y gritar para que se detengan, los policías se bajaron apuntando sus armas a Pocho, este gritó: ¡bajen las armas! Acá solo hay pibes comiendo. Fue así que uno de los oficiales disparó directamente a él provocándole la muerte. Después de haberlo ejecutado, los policías se retiraron sin atender los gritos de auxilio de las demás personas que se encontraban con Claudio.
Pocho y su bicicleta eran compañeros inseparables. Es por esto que se lo recuerda como un ángel con alas montado en su bicicleta. Hoy es símbolo de lucha y fortaleza, un ejemplo que deberíamos seguir, su historia se debe conocer y recordar. Existen canciones contando su historia como “El ángel de la bicicleta” creada por León Gieco y muchas más, paredes tienen pintadas frases o dibujos sobre Pocho, existen agrupaciones, bibliotecas y plazas con su nombre y es de suma importancia que la gente de nuestro pueblo un lugar tan cercano donde pocho vivió gran parte de su vida conozca su historia y no la olvide. Mediante la investigación realizada para crear este informe una de las tantas cosas que leí decía: “A Pocho no lo mataron, lo multiplicaron” es una de las frases que más representa la lucha y la movilización que la muerte de este joven a dejado y creo que todos deberíamos aportar para que casos como este dejen de ocurrir. Fátima Vela